Perderse por los caminos rurales que nos conectan con la Formentera más auténtica es sinónimo de vivir experiencias que difícilmente podremos encontrarnos en cualquier otro lugar. Nos adentramos en un espacio mágico en el pasan cosas que no necesitamos explicar. Caminando entre muros que nos dan la impresión de haber estado siempre ahí, nos encontramos con lo inesperado. Un antiguo velero que perdió su mástil navegando en un mar de piedras. Insólito y maravilloso. Formentera nunca pierde su capacidad para sorprendernos.