Es un icono indiscutible de la Formentera más tradicional y simboliza las ventajas de la colaboración respetuosa entre el hombre y la naturaleza. Desde hace cientos de años los payeses de nuestra isla refuerzan las pesadas ramas con la ayuda de estacas (conocidas como ‘estalons‘) para conseguir que las higueras tengan un crecimiento más horizontal .

Así se establece una sencilla relación en la que, a cambio del trato preferente y cuidado de la salud del árbol, la higuera ofrece su fruto de forma más abundante y accesible y cobija a las cabras y las ovejas de los rigores del sol.

Un pacto natural que subsiste a la globalización y nos recuerda lo beneficioso de ese respeto mutuo.